SEÑALÉTICA LOVERS

Adoro, amo, idolatro y venero la señalética.

Es de esos trabajos que según me da el briefing el cliente ya no puedo ocultar un esbozo de sonrisa, y aunque mis ojos miran fijos y atentos… yo los siento girar como un spinner con sus demoníacas luces led.

¿Y a qué viene esto? Pues no lo se, posiblemente porque en pequeños iconos se puede concentrar mucha creatividad… y eso amigos, es un caramelo que no se encuentra en la salida de los colegios.

Cuando se diseña un logotipo se genera una imagen corporativa que va creciendo a medida que se crean piezas para la nueva marca. Así, como las raices de un árbol, como sus ramas, el brotar de las hojas… es ese crecimiento orgánico, controlado, el desarrollo de la marca, branding en estado puro. Un espectáculo al que te invita el cliente, porque no nos engañemos, es él que va seleccionando el camino por el que quiere llevar su marca, desechando, aceptando y modificando bocetos. Nosotros diseñamos, proponemos, asesoramos, vendemos… pero la libertad que tiene el cliente para perderse y que tú le rescates o para imponer su criterio de «quiero el logo más grande», es suya y muy lícita, que nadie mejor que él conoce su producto.

 

 

En este baile de marca, cliente y director de arte hambriento de briefings con mojo, aparece el encargo de la señalética. El hecho de que aparezca en el brief ya supone un gran avance, pues está la opción de tirar por la vía convencional y comprar letras o iconos prefabricados o apostar por algo que realmente permita a la marca seguir creciendo. Crear algo realmente único y exclusivo, y ya que nos ponemos si tiene un puntito de creatividad… cucurucho de serpentinas y confetti.

Libertad de formato, de materiales, dominar los espacios a nuestro aire, dibujar con vinilos, con placas de metacrilato o planchas de acero, pizarras, cartón, todo son frutos que cuelgan del árbol, sólo hay que coger el que más se adapte y comulgue con la marca.

 

 

Cada vez es más fácil deleitarse con trabajos realmente buenos en bares, restaurantes, pubs… suelo hacer bastantes fotos de curiosidades que encuentro en el día a día, pero sobre todo en viajes, que es donde reconozco que me sale el turista japonés que todos llevamos dentro, o al menos yo.

Aquí dejo algunas de las cositas que he encontrado por Viena, y también algunos trabajos propios, que aunque me gustan los niños de los demás… yo también quiero que mis hijos salgan en la foto!